La pizza de Paris se conoce como la pizza a la o simplemente pizza parigina, esta pizza es un plato salado especial del Golfo de Nápoles. En Nápoles, de hecho, el parigina es bien conocida y muy común: se puede encontrar en cualquier tienda o panadería en la ciudad, para disfrutar allí mismo o para llevar a casa para un delicioso almuerzo. O, alternativamente, se puede aprender a hacerla en casa: no se preocupe, que es muy fácil!
Preparar la masa de pizza unas cuantas horas antes de dedicarse a la preparación de la pizza de Paris. Cuando la masa ha subido, extenderla sobre una bandeja para hornear forrada con papel de horno. Cubra con una generosa dosis de salsa de tomate. Añadir el jamón y el queso provolone. A continuación, añadir un poco más de salsa de tomate y cubrir con masa de hojaldre ya hecha. Hornear a 230ºC durante 25 minutos.
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Estirar la masa bien
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Añadir con una cantidad generosa de passata
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Añadir el jamón
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Añadir el queso provolone
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Añadir más passata
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Cubrir con la masa de hojaldre
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Cepillar con el huevo batido y luego hornear
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Servir su pizza de París
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La pizza Parigina es una deliciosa especialidad napolitana, a pesar de lo que su nombre pueda sugerir. Esta pizza única se compone de una base de masa de pizza tradicional, rellena con tomate, jamón cocido y queso provola, y rematada con una crujiente capa de hojaldre. La combinación de texturas —la suavidad del pan de pizza, el relleno cremoso y el crujiente del hojaldre— crea una experiencia gustativa inolvidable, perfecta tanto para una comida informal como para un aperitivo especial.
Preparar una pizza Parigina en casa es más fácil de lo que parece. Solo necesitas masa para pizza, masa de hojaldre, salsa de tomate, jamón cocido y queso (idealmente provola o mozzarella). Extiende la masa de pizza como base, distribuye el tomate y el relleno, luego cubre con la masa de hojaldre. Hornea todo hasta que el hojaldre esté dorado y crujiente. Puedes servirla caliente o a temperatura ambiente: ¡siempre deliciosa!
Para los amantes de la pizza, la versión doble es una opción contundente y sabrosa. Consiste en preparar dos discos de masa de pizza, colocar uno como base, rellenar con tus ingredientes favoritos (como salami, mozzarella, champiñones, cebolla y pimientos), y luego cerrar con el segundo disco de masa. Al hornearla, obtendrás una pizza rellena con un exterior dorado y un interior jugoso y fundente.
¡La pizza casera es sinónimo de creatividad! Puedes optar por los ingredientes clásicos como salsa de tomate, mozzarella, pepperoni, champiñones, aceitunas y cebolla, o atreverte con combinaciones originales: pollo a la parrilla, corazones de alcachofa, tomates secos, rúcula o incluso piña. Lo importante es equilibrar sabores y texturas para crear tu versión ideal.
Antes de agregar los ingredientes, es buena práctica preparar la masa con algunos toques clave. Una pincelada de aceite de oliva aporta sabor y ayuda a que la base quede crujiente. Espolvorear un poco de sal realza el gusto general. También puedes usar harina de maíz o sémola en la superficie para evitar que se pegue y aportar un toque extra crujiente. Las hierbas secas como orégano o albahaca y un poco de queso parmesano rallado pueden marcar la diferencia en el resultado final.
La pizza rellena es una opción sabrosa y completa, ideal para cenas o eventos especiales. Comienza con una masa de pizza gruesa, que se coloca en un molde cubriendo bien el fondo y los bordes. Añade capas de tus ingredientes favoritos (como salchicha italiana, pimientos, cebolla y mucho queso), luego cúbrelo con otra capa de masa. Sella bien los bordes, hornea hasta dorar y ¡listo! Una pizza rellena, fundente por dentro y crujiente por fuera, que encantará a todos.
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