Entre los quesos más versátiles y sabrosos, el provola destaca especialmente por su capacidad de adaptarse al paladar de cada comensal, resultando excepcional tanto desde el momento en que se sirve cocido o crudo, como desde el mismo momento en que se utiliza. como ingrediente para enriquecer primeros y segundos platos más o menos complejos. La próvola se produce a partir de leche de vaca y se cree que su origen se encuentra en particular en Campania y, más precisamente, en la localidad de San Lorenzo, en la provincia de Caserta.
Uso en cocina
Son muchas las recetas a base de provola que forman parte de nuestra tradición gastronómica nacional: en primer lugar, se puede consumir en rodajas, fresca, como también se puede cocinar a la parrilla, o también, se puede adornar y enriquecer los primeros platos con sabor. y segundos platos más o menos elaborados.
Conservación
Como cualquier otro queso, el provola debe conservarse en el frigorífico -en los pisos superiores- y consumirse en dos o tres días.
Curiosidad
La provola es uno de los quesos más populares en toda Italia y cada región de nuestro país produce su propia variante caracterizada por un sabor local.