Uno de los símbolos de la gastronomía griega es sin duda el feta, un queso que destaca por su sabor particularmente salado y, al mismo tiempo, por su consistencia más bien reducida, que se elabora a partir de leche de oveja y, en algunos casos, también añadiendo una parte de leche de cabra, equivalente aproximadamente a una quinta parte. El queso feta ha obtenido la denominación de origen protegida de la Unión Europea y forma parte integrante de muchas especialidades helénicas, en primer lugar, la ensalada griega o, alternativamente, también junto con el ouzo.
Uso en cocina
Cuando se piensa en la relación entre la cocina griega y el queso feta, es muy fácil entender cómo es un ingrediente esencial, que se encuentra en el desayuno, en los aperitivos, en las ensaladas y en los platos principales de pescado.
Conservación
Cuando se conserva en salmuera, el queso feta griego también se puede conservar fuera del frigorífico durante mucho tiempo: si se le priva de la salmuera, hay que envolverlo en papel para mantenerlo lo más húmedo posible.
Curiosidad
El feta es un queso muy salado, con un alto contenido en sodio, por lo que conviene evitarlo si se padecen trastornos de salud como la hipertensión.