Las bayas crecen especialmente en aquellos ambientes húmedos, como es el caso del sotobosque, aunque comúnmente se cultivan en jardines, especialmente en lugares ubicados en las regiones montañosas de nuestro país. Entre las bayas se encuentran bayas como los arándanos, las frambuesas, el mirto, las grosellas, las moras y el cassis, todas ellas caracterizadas generalmente por un color que tiende al rojo o al negro, más o menos oscuro, ricas en vitaminas y sustancias antioxidantes. Los helados, las tartas y los yogures son sólo algunos ejemplos de cómo se pueden utilizar las bayas; en realidad, estas últimas son especialmente apreciadas en verano como postre al final de las comidas ligeras.
Uso en cocina
Según la tradición, las bayas se pueden utilizar para enriquecer el aroma y el sabor de yogures y tartas de todo tipo, además de consumirse como postre al final de una comida.
Conservación
Puedes guardar las bayas en el refrigerador durante un par de días o, alternativamente, puedes congelarlas durante meses y, finalmente, usarlas para hacer mermelada.
Curiosidad
Las bayas no se deben enjuagar con agua, sino que se deben remojar en vino blanco fresco.