La haba es originaria de Asia, aunque en la actualidad también se encuentra -en particular- en la cuenca mediterránea, y aún puede crecer en todos aquellos contextos en los que el clima es relativamente fresco: los historiadores creen que esta última es autóctona debido a la precisión de China, donde se encontraron evidencias de cultivo que datan de hace 5000 años. En la naturaleza, la haba crece sobre la planta Vicia faba en forma de vainas de unos 15 centímetros de largo, en cuyo interior se encuentran las famosas semillas: si es cierto que era muy apreciada en la época del Imperio Romano, también lo es. Es cierto que más tarde se convirtió en un alimento para los pobres, sólo para ser olvidado aún más tras la introducción del frijol en Europa.
Uso en cocina
Las habas se pueden consumir de muchas formas diferentes: en primer lugar, es posible consumirlas crudas, acompañándolas de quesos y embutidos, ya que de hecho, son el ingrediente principal de muchas sopas o incluso caldos.
Conservación
Cuando se compran frescos, los frijoles permanecen en el frigorífico un máximo de 2 o 3 días: alternativamente, puedes blanquearlos para guardarlos en el congelador o, nuevamente, comprarlos secos.
Curiosidad
Una de las curiosidades más famosas sobre las habas es sin duda la del crecimiento invertido de la vaina en los años bisiestos: en realidad, no es más que una leyenda.