La tradición es hacer la cabeza del monje de un huevo cocido de color rojo. Cuando hayas hecho tu trenza, en la parte más extrema de la masa haz un agujero con los dedos para colocar el huevo, manteniendo la parte más gruesa hacia arriba. Esta técnica de "incrustar" huevos duros reales también existe en otras regiones: en Puglia, por ejemplo, están los famosos 'scarcelle'; en Sicilia, igualmente, se encuentra el famoso 'cicilio'.