Las cerezas se encuentran entre las frutas más deliciosas, como dice el refrán según el cual una cereza lleva a otra: y no podía haber más, teniendo en cuenta que la pulpa de estas últimas, sobre todo en las variedades más oscuras, es un concentrado de dulzor irresistible, que entre otras cosas influye muy positivamente en la salud humana, teniendo en cuenta que las vitaminas A, C y los flavonoides son la base para la prevención del envejecimiento celular y la aparición de enfermedades relacionadas con el sistema cardiovascular, gracias a la capacidad de destruir literalmente el colesterol acumulado en la sangre.
Uso en cocina
Las cerezas se pueden disfrutar de muchas maneras diferentes: como fruta fresca, en helados, pudines o incluso en diversos tipos de tartas e incluso licores preciosos, como el Kirsch.
Conservación
Las cerezas se pueden conservar en el frigorífico, alejadas de olores fuertes, y sobre todo en recipientes transpirables durante un par de días. Alternativamente, se pueden congelar, aunque en este caso el consumo futuro deberá realizarse después de la cocción.
Curiosidad
En los últimos años, estudios realizados en EE.UU. con ratas, que tienen una herencia genética similar a la del hombre, han demostrado que las cerezas combaten fuertemente la diabetes 2 y las enfermedades cardíacas.