El suministro de leche, especialmente durante tiempos de guerra, ha representado un problema que no debe subestimarse durante muchos años, es por ello que durante el siglo XIX se perfeccionó en Estados Unidos el proceso de producción de leche condensada, invento que originalmente se debió al francés Nicolas Appert. La leche condensada, de hecho, debido a la ausencia de humedad, puede conservarse durante más tiempo, sin temor a oxidarse. La leche condensada, gracias a su rápida ebullición, consigue no oxidarse, como ocurre en el caso del toffee.
Uso en cocina
En el pasado, la leche condensada se utilizaba para compensar la escasez de alimentos en tiempos de guerra: en la actualidad, se utiliza para teñir el café, o incluso el té, así como para preparar helados.
Conservación
La leche condensada, si aún está cerrada, se puede conservar en un ambiente fresco, oscuro y seco, o alternativamente, si se abre, se debe conservar en el frigorífico.
Curiosidad
La invención de la leche condensada se debe esencialmente a Nicolas Appert, quien experimentó con el intento de obtener leche en polvo para repostería.