La cerveza es una auténtica reina del verano, muy codiciada porque se cree que es muy refrescante en los días más calurosos, en parte también por su bajo contenido de alcohol, que generalmente oscila entre 1,5 y poco más de 5 grados. Aunque se cree que se produjo por primera vez alrededor del 7000 a.C., en realidad los primeros vestigios ciertos, al menos desde el punto de vista de la producción química, pueden fecharse alrededor del 3500 a.C. Hay muchos tipos diferentes de cerveza, empezando por las que se caracterizan por un color claro, llamadas claras, pasando por las rojas y las oscuras: no debemos olvidar que hay cervezas sin alcohol y de doble malta, una en el extremo opuesto de el otro en términos de contenido de alcohol.
Uso en cocina
Además de beberse especialmente fresca durante el verano, la cerveza se puede utilizar para preparar excelentes primeros y segundos platos, como arroces, carnes y pescados.
Conservación
La cerveza generalmente debe almacenarse en un lugar fresco y, sobre todo, alejado de la luz solar: si están cerradas con corcho, deben almacenarse en posición horizontal.
Curiosidad
La cerveza es uno de los alcoholes más antiguos del mundo, del que se tiene información cierta por primera vez alrededor del 3500 a.C., aunque se cree que es mucho más antiguo.