Las aceitunas son frutos de la planta del mismo nombre, y se diferencian entre sí fundamentalmente por su color, que varía en función del grado de madurez alcanzado entre amarillo, en los primeros estados, verde y, finalmente, negro. Las aceitunas verdes, en este sentido, se caracterizan especialmente por su contenido relativamente alto en sodio, al que se suma también la presencia de una modesta cantidad de vitaminas: este tipo de aceitunas encuentra a menudo su espacio en los aperitivos, o incluso, son ideales para preparar excelentes y sabrosas focaccias, y antes de consumirlas hay que tratarlas en salmuera para reducir el grado de amargor aportado por los polifenoles.