Según la leyenda, la sirena Parthenope, que habitaba en el Golfo de Nápoles, salía cada manantial del agua para alegrar a la gente con su melodioso canto, y ellos le devolvían regalos como harina, agua, azahar, azúcar y huevos. . Un día la sirena entregó estos regalos a los dioses, quienes a su vez hicieron un delicioso pastel. Así nació la ‘pastiera’.